La presente propuesta de Grupo de Trabajo tiene por objetivo analizar la nueva agenda de desarrollo de los países latinoamericanos caracterizada, principalmente, por el rechazo a la retórica y prácticas neoclásicas llevadas a cabo entre los años setenta y noventa del siglo pasado y, en segundo lugar, por la implementación de estrategias que han sido definidas como neodesarrollistas (Bresser Pereira, 2005; Boschi y Gaitán, 2008). Las preguntas disparadoras de la popuesta son: ¿se puede hablar de la existencia de un nuevo régimen productivo coordinado por el Estado en América Latina? ¿Cuáles son las características de este nuevo modelo de desarrollo? ¿Cuál es el rol de los actores predominantes en la construcción de las nuevas estrategias de desarrollo post-neoliberales en los países de la región? La propuesta se inserta así en el debate generado por las nuevas características del desarrollo que ha vuelto a colocar el papel del Estado y de sus instituciones, en el centro de análisis.
El debate sobre el rol del Estado en el desarrollo económico y las alternativas de crecimiento no es novedosa en América Latina. Después de más de medio siglo en el que los países latinoamericanos, forzados por el cierre de mercados tras la gran crisis capitalista de fines de los años 1920 optaron, en diversos grados, por modelos de sustitutivos de importaciones dirigidos por el Estado, el ajuste estructural inauguró un nuevo ciclo cuya característica principal fue la restauación de las reglas de la economía neoclásica (Gentili, 1998; Anderson, 1999; Stokes, 2001). Esta hegemonía neoclásica es la que ha entrado en crisis con la victoria de coaliciones progresistas, que presentan como características distintivas un rechazo de los proyectos neoliberales y la recuperación, al menos en el plano discursivo, del papel intervencionista del Estado.
Pese a la incipiente formación de un nuevo modelo de desarrollo (Machinea y Serra, 2007), el impacto de las reformas estructurales fue tan intenso que no es posible pensar en términos de la visión clásica desarrollista, ligada al estructuralismo cepalino. Si bien el quiebre en la orientación ideológica de la discusión en materia económica en América Latina ha producido una situación impensada hasta hace unos años, como es la vuelta a escena de un renovado discurso desarrollista, éste, pese a recuperar elementos de la versión estructuralista, presenta claros quiebres. Se puede decir que el actual discurso en formación traza líneas de continuidad y de ruptura en cuanto al alcance de la intervención económica del Estado.
Nos encontramos, por un lado, con el emergente de un modelo de desarrollo aún en formación; por otro, con una amplia serie de acciones puestas en marcha por las nuevas gestiones gubernamentales, que incluyen desde la implementación de políticas industriales hasta la renacionalización de recursos energéticos, limitadas por las debilidades de cada Estado en el marco de la globalización financiera. De hecho, la retórica neo-intervencionista se magnifica por una razón de orden práctico: la necesidad de los Estados periféricos de lidiar con las condiciones del sistema internacional para lograr el desarrollo de sus economías. Así, el debate se centra en la posibilidad de desarrollo en el marco de un sistema capitalista extendido, interdependiente y globalizado, con grados de concentración de la riqueza y flujos de capital en los países del centro económico (Thurow, 1992; OMC, 2007; UNCTAD, 2007a, b; OCDE, 2007).
La discusión actual sobre las alternativas de desarrollo es, en parte, producto y herencia del fracaso de las políticas neoliberales. Si, por un lado, el conjunto de políticas asociadas a la visión sobre el predominio del mercado se volvió hegemónica, condensado en el breviario conocido como Consenso de Washington (Williamson, 1991), por otro, ante el pobre desempeño de las economías, emergía una visión contraria, asentada por estudios de desempeño de economías y países en los cuales, pese a imperar mecanismos de mercado, el Estado ejerce un papel clave de coordinación de políticas en el ámbito económico y social, en modelos denominados, por la literatura de Variedades de Capitalismo (Hall y Soskice, 2001), de coordinación por el Estado. De hecho, una vertiente de la economía del desarrollo, cada vez más prominente (Rodrik, 2004; Chang, 2006; Stiglitz, 2001) coincide en reconocer que: 1) el recetario neoclásico ha producido resultados decepcionantes; 2) los países más exitosos en términos de crecimiento han seguido políticas heterodoxas; 3) los países más exitosos han adherido a algunos principios reconocidos y, 4) la diversidad de la política no sólo es posible sino también deseable.
Entre las dimensiones relevantes de la visión que recupera la importancia del desarrollo asociándolo a las instituciones destacan dos. En primer lugar, el papel de las ideas y de los paradigmas dicursivos adoptados por los diferentes actores estratégicos en la conformación de sus visiones sobre la realidad, es decir, la construcción social sobre su concepción sobre el desarrollo, sus posibilidades, condicionantes y requisitos. En segundo término, la dimensión relativa a las modalidades de interacción estratégica que se da entre los actores predominantes en los procesos decisorios que se producen en arenas estructuradas de naturaleza estatal y pública. Las características de las arenas decisorias o de los espacios de negociación tienen influencia sobre los resultados de la interacción que se da entre actores. La propia creación de nuevas instituciones expresa la posibilidad de cambio en el plano cognitivo y entre los actores, estimuladas por las “ventanas de oportunidad” que se abren por las transformaciones introducidas por las nuevas estrategias de desarrollo en los países periféricos.
Para aproximarnos a la dinámica de funcionamiento del aparato estatal proponemos analizar al estado como un conjunto de estructuras, actores y procedimientos en el contexto del modo de producción capitalista. Así definido, el campo estatal es una arena de conflicto, pautada por los grupos de interés del capital y del trabajo, de los actores colectivos al interior y al margen de aparato del Estado y por la manera en que se definen metas, estrategias y medios para lograr los objetivos del crecimiento y el desarrollo.
Los desafíos de explicar las transformacioes del aparato estatal y de la relación con el Mercado implican explicar la formas de acción colectiva en torno de la implementación y defensa de intereses específicos canalizados ante el aparato. Los instrumentos para el logro de metas son variados y la elección de un conjunto de medidas implicará la mobilización de apoyo social, la formacion de coaliciones de soporte y de difusión de valores favorables a las diferentes opciones, la organización de acción colectiva en diferentes formatos institucionales (partidos, asociacioes, sindicatos, etc), procesos que tienen implicancias sore las relaciones público-privadas y sobre el tamaño y naturaleza del Estado.
La propuesta implica analizar el rol de las elites estratégicas en los procesos de desarrollo actualmente en curso. Entendemos por elites estratégicas a aquellas que tienen capacidad de influir sobre el ciclo de políticas públicas. Por un lado, las elites del propio aparato administrativo del Estado. En los diferentes países, el Estado se constituye en el factor de ruputura con los padrones ineficientes de conducta, instaurando un nuevo padrón de comportamiento. De allí deriva la necesidad ede evaluar cómo las elites situadas en posición de relevancia conciben las estrategias de corto, mediano y largo plazo para cada país, en función de las herramientas con las que dipone.
En segundo lugar, los actores predominantes del campo económico, que, en el modo de producción capitalista, adquieren una posición estructuralmente privilegiada para influir sobre las políticas adoptadas (Przeworski e Wallerstein, 1985; Przeworski, 1995; Offe y Wiestenthal, 1980). Una vertiente de la literatura de la ecoomía política enfatiza la relació entre el empresariado y el Estado como un factor explicativo del exito de algunas estrategias de desarrollo, analizando espeíficamente las gremiales empresarias y los grados de colaboración o conflicto que establecen con el Estado (Schneider y Maxfield, 1997; Schneider, 2005).
Se trata, en definitiva, de analizar no sólo cuales son las políticas que están implementándose en la región para quebrar con el circulo vicioso del estancamiento y el subdesarrollo y con la intervención pro-capital llevada a cabo durante la hegemonía neoclásica sino, aún más, de analizar el rol de los actores predominantes en la implementación de estas agendas.
Este tránsito desde una situación de rechazo del Estado como factor de desarrollo a otra que lo reintroduce analíticamente, destacándolo como un agente propositivo en sus diferentes ámbitos de actuación, presenta oportunidades de análisis para las Ciencias Sociales, combinando diferentes abordajes teóricos y con la pretensión de pensar la cuestión del desarrollo desde la región , superando el eurocentrismo y la incorporación acrítica de teorías y abordajes.
La propuesta será coordinada por Renato Boschi (Responsable del NEIC, Núcleo de Estudos do Empresariado, Instituciones y Capitalismo, en el en el ámbito del Instituto Universitário de Pesquisas de Rio de Janeiro). Será co-coordinado por Flavio Gaitán, pos-doctorando en Ciencia Política, investigador del proyecto INCT/PPED, Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología “Estado, Políticas Públicas y Desarrollo, financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología del Brasil.
Actividades a desarrollar
El Grupo se propone llevar a cabo diferentes actividades, entre las cuales pueden destarcarse las siguientes:
- Difusión de información entre los miembros
- Creación de una página web destinada a los investigadores interesados en la temática..
- Difusión permanentes de actividades entre los miembros.
- Generación de una base de datos de correos electrónicos de investigadores involucrados en la temática.
- Convocatoria permanentes para ampliar la conformación, poniendo énfasis en contar con miembros de países de menor desarrollo de su actividad académica.
- Organización de seminarios y reuniones de trabajo.
- Edición de una publicación electrónica periódica.
- El apoyo a la investigaciones sobre la temática del grupo en las diferentes unidades académicas de la Región.
- Incentivación de la investigación en Red.
- Participación activa en los Congresos de la ALACIP.
Miembros
El Grupo está abierto a la participación activa de docentes, investigadores y estudiantes de posgrado de cualquier institución académica, preferentemente de América Latina y el Caribe, cuyos intereses específicos coincidan con los temas de interés del grupo.
Organización interna
El Grupo de trabajo se organizará bajo el formato de un Comité y contará con uno o más coordinadores, pudiendo además ser nombrado un Secretario. El coordinador del grupo asume la responsabilidad del funcionamiento de las tareas y actividades asumidas por el Grupo de Trabajo.